2 de enero de 2008

Algo va de Pirro a un parto de los montes...

El caso de la entrega de los tres secuestrados se está volviendo una auténtica telebolela colombiana: cuando la audiencia está buena se la prolonga hasta el cansancio. Terminan extenuados los productores y más aún los teleaudientes. Hasta que que tienen que retirar el bodrio televisivo por física ausencia de público.

El gobierno supuestamente cree que es un gran éxito militar el obstaculizar los operativos de entrega, a la vez que las FARC consideran que ponen entre los palos a su opositor al acusarlo de realizar acosos armados que lo dificultan. Uno de los dos miente, y queda muy difícil saber la verdad. Lo cierto es que a las FARC les interesa ya quitarse de encima dicha papa caliente y avanzar en sus planes de reimplantación de su imagen ante la opinión internacional, gracias a la torpeza gubernamental.

Por su parte, al Presidente Uribe igualmente le conviene que se realice el intercambio, para mejorar su imagen. Entonces, ¿Qué pasa? Si descartamos que se trate de una treta presidencial, de esas de política de corto vuelo, para desacreditar a la guerrilla, el asunto es más grave. Porque estaríamos ante un Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas al que su ministro y comandantes le esconden la verdad y realizan operativos sin su consentimiento. Sería un nuevo Bobisario encerrado en Palacio mientras sus tropas...


Por otra parte, el escándalo con lo del niño que está en poder de Bienestar Familiar resulta un parto de los montes. Tal parece que todo se desentrama con llamadas a la Fiscalía por parte de quienes supuestamente sabían que dicho niño es el hijo de Clara Rojas. Y de ser así... pues la información proviene de las mismas FARC. Y si no es el niño del intercambio, y el Presidente salió a dar declaraciones extemporáneas, se trataría de una inocentada que le hicieron las FARC al Jefe Supremo. Una broma cruel.


De hoy a mañana se sabrá la verdad.

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