![]() |
Solamente los tontos son indiferentes ante el problema de la educaciòn pùblica |
6 Nov 2011 - 11:00 pm

La cuenta de cobro de los griegos
Por: María Elvira Bonilla
Se ha difundido mucho más, por sus consecuencias económicas globales, el lamento de los países europeos por la crisis de Grecia.
Una reveladora carta del ciudadano Georgios Psomás, como respuesta
al mensaje que publicó el alemán Walter Wuellenweber en la revista
Stern, presenta la otra cara de la moneda: la historia del deterioro
progresivo de la que fuera la cuna de la civilización.
«Me llamo
Georgios Psomás. Soy funcionario público y no soy “empleado público”
como despectivamente, como insulto, se refieren a nosotros. Mi sueldo
es de 1.000 euros, no por día, como te quieren hacer creer en tu país,
Alemania. Te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores
de productos de consumo que elaboran las fábricas alemanas. La verdad
es que no hacemos responsables sólo a nuestros políticos por el
desastre de Grecia. Contribuyeron mucho algunas grandes empresas
alemanas, las que pagaron enormes coimas a nuestros políticos para
asegurarse los contratos, para vendernos de todo, como unos cuantos
submarinos fuera de servicio, que puestos en el mar, quedan tumbados de
costado.
»Pasó más de medio siglo desde que la Segunda Guerra
Mundial terminó, sin que Alemania haya querido saldar sus cuentas con
Grecia. Pero se resiste a hacerlo. (Enumera las cifras). Pero además no
hay que olvidar la reparación pendiente por la muerte de 1’125.960
griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos como daño colateral, 70.000
muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración
alemanes, 600.000 muertos de hambre, etc.), además de la inmensurable
ofensa moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos
de la cultura griega.
»Sé, amigo Walter, que no te debe gustar
para nada lo que te escribo. Lo lamento. Pero más me molesta lo que
Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas. En Grecia operan
130 empresas alemanas, dentro de las cuales se incluyen todos los
colosos de la industria de tu país, las que tienen ganancias anuales de
6,5 mil millones de euros. Muy pronto, si la cosa sigue así, no podré
comprarles sus productos porque cada vez tengo menos dinero
»Yo y
mis compatriotas crecimos siempre con privaciones y sabemos aguantar.
Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Škoda. Dejaremos de
comprar productos de Lidl, de Praktiker, de IKEA. Pero Uds., Walter,
cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta
situación que puede obligarlos a bajar su estándar de vida, sus autos
lujosos, sus vacaciones al exterior, sus excursiones sexuales a
Tailandia. Uds., “compatriotas” de la Eurozona, pretenden que nos
vayamos. Creo firmemente que debemos hacerlo, para salvarnos de una
Unión (la UE) que es una banda de especuladores financieros, un equipo
en el cual jugamos sólo si consumimos los productos que uds. ofrecen:
préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas.
»Y,
finalmente, Walter, debemos “arreglar” otro tema importante: ¡Exigimos
que nos devuelvan la civilización que nos robaron! Queremos de vuelta a
Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los
museos de Berlín, de Múnich, de París, de Roma y de Londres. ¡Y exijo
que sea ahora! Ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de
las obras de mis antepasados».