9 de octubre de 2009

Obama: ¡Ahora que es Nobel de Paz: Remember Afganistán!




Afganistán: ocho años después

Manuel Navarro Escobedo (Prensa Latina)


Incapacidad de las fuerzas estadounidense y la OTAN, corrupción en Kabul y masacre de la población matizan la fracasada política del ex presidente George W. Bush heredada por Barack Obama, ocho años después en Afganistán. Luego de su bombardeo, invasión y ocupación, Estados Unidos y la Organización del Atlántico Norte (OTAN) prosiguen empantanados y sin esperanzas algunas en eliminar a la resistencia islámica, supuestos objetivos de su permanencia en esa nación centroasiática. La acción "venganza" ejecutada por la Casa Blanca contra el gobierno de Kabul del mulláh Mohamed Omar se dirigió hacia esa meta bajo el pretexto de cobijar a Osama Bin Laden, a quien sindicó los ataques a Nueva York y Washington, el 11 de septiembre.

Con ese propósito, Washington empleó su más sofisticado arsenal de destrucción masiva para sacar del poder a Omar y Bin Laden, a quienes entrenó y equipó durante las décadas de 1980 y 1990 contra la antigua Unión Soviética, aunque los cohetes y bombas cayeron sobre ciudades, hospitales, mezquitas y poblados civiles el 7 de octubre del 2001.

El día escogido a las 16:30 UTC unos 50 misiles Tomahawk resultaron disparados desde aviones, buques y submarinos de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Kabul, Jalalabad, Kandahar, Herat, Kunduz, Farah y Mazar-e-Sharif en lo que se denominó Operación "Libertad Duradera".

En este contexto, estadísticas extraoficiales sitúan en unos 10 mil civiles muertos las víctimas de esos indiscriminados bombardeos iniciales contra el territorio afgano de la aviación norteamericana y británica. Ahora esa cantidad sobrepasa los 60 mil.

Idéntica cifra se contabilizó entre los luchadores musulmanes estudiantes del Corán (Talibán), entre muertos, heridos y prisioneros, de los cuales más de ocho mil resultaron asesinados durante sus traslados en carros cisternas cerrados a la prisión nortena de Shiberghan, como denunció un informe de la ONU.

Otros 800 prisioneros perecieron en el transcurso de un motín en una cárcel- fortaleza cercana a Mazar-I-Sharif, sofocado por tropas especiales estadounidenses y británicas.

A lo cual se suman los trasladados en vuelos aéreos secretos por varios países europeos, entre ellos España, Polonia, Checa y Hungría, e internados en prisiones de alta seguridad y tortura como la ocupada en el territorio cubano de Guantánamo, en el Oriente del Archipiélago.

Hasta ahí, para los jefes y estrategas políticos y militares en Washington y Londres todo estaba concluido.

Antes esas "victorias", la Casa Blanca preparó, organizó e instaló su administración en Kabul y entrenó como policía a combatientes mujaidines de la Alianza del Norte, pertenecientes a dichas étnias.

También, logró que la ONU reclutara cinco mil soldados de 20 países en una Fuerza Internacional de Seguridad (ISAF) y convocó a una Loya Jirga (Asamblea de Notables), que santificó a su candidato Hamid Karzai y una Asamblea Nacional. Ahora suman 40 mil bajo comando de la OTAN

Empero, más de ocho años después, resulta increíble que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN fracasen neutralizar Afganistán, y, por el contrario, se encuentran atascados en sus operaciones y confinados en varias bases en provincias de ese territorio, en especial en el sur y este.

Del otro lado, Karzai manda sólo en Kabul y cuidado por una guardia pretoriana de escogidos integrantes de las tropas especiales del Pentágono, los cuales velan por su seguridad dentro y fuera del Palacio Presidencial donde reside.

Esto demuestra que Karzai también fracasó en sus pretensiones de llenar el vacío político que quedó tras la caída del gobierno Talibán, y la fragilidad de su régimen, que ahora intenta salvar mediante tentativa de negociaciones con el mullah Mohammad Omar.

Tal situación posibilitó una reorganización de las fuerzas del Talibán, y otras etnias en las regiones fronterizas, debido a la incapacidad de las tropas ocupantes y la administración de Karzai de controlar Afganistán.

Esos combatientes islámicos, agrupados en la resistencia contra el invasor como en siglos anteriores, se desplazan ahora libremente por el territorio protegidos por tribeños pathúnes.

Ellos hostigan con sus cohetes, ataques suicidas y balaceras las instalaciones del Pentágono, la OTAN y colaboradores afganos en las regiones conflictivas.

Los ataques acontecen diariamente desde enero del 2007, pese al ruidoso despliegue de más de 100 mil efectivos estadounidenses, británicos y canadienses, entre otros de la OTAN, que con pomposa denominaciones a sus operaciones intentan capturarlos o aniquilarlos.

Desde el 2001 esas tropas expedicionarias contabilizaron mil 445 muertos , de ellos 869 de Estados Unidos. Hasta ahora el año más sangriento es el 2009 con 400 muertos.

Esa es la realidad imperante en Afganistán ocho años después de la invasión de Estados Unidos para castigar al mulláh Omar por cobijar a Bin Laden, quienes aún están con paraderos desconocidos, a pesar de las multimillonarias sumas de dólares ofrecidas por sus captura vivos o muertos.


8 de octubre de 2009

También nos ofenden....

jueves, octubre 08, 2009

Ofensas personales


Una de las recomendaciones más insistentes que Álvaro Gómez nos hacía a quienes trabajábamos en El Siglo es que uno como periodista, sin importar la gravedad de las cosas que haya visto, ni las experiencias que haya vivido, nunca debe perder la capacidad de asombro. Y en mi caso es una de esas frases que se me han quedado grabadas en la memoria.

Precisamente la pérdida de esa capacidad de asombro es la que lleva, no sólo a los periodistas, a restarle importancia a tantos temas que a diario son denunciados en los noticieros o la prensa, pero que vemos como algo normal. Ya no nos sorprende la corrupción en organismos como el DAS. No nos extrañan las artimañas a las que acuden ciertas personas, como las reinas y los millonetas beneficiarios de subsidios de Agro Ingreso Seguro. No nos impresiona que mientras hay millones de colombianos a los que el estado no les da ni migajas, hay unos ricos que siguen engordando sus fortunas con la plata de todos los colombianos. No nos conmueve que el presidente le tuerza el pescuezo a la ley para atornillarse cada día más en el poder.

Sin embargo yo me resisto a caer en ese marasmo, y no sólo trato de seguir ese consejo de Álvaro Gómez, sino que además de asombrarme también me siento ofendido. Me ofende, por ejemplo, que una señora como Noemí Sanín, en mal momento avalada por El Nuevo Siglo, salga a decir que ella no sabe nada del escándalo de Yidis y Teodolindo porque ella estaba en Londres.

Me ofende que el periódico El Tiempo titule “Colombia, se luce en Índice de Desarrollo Humano”, pero cuando uno va a leer el informe descubre que el país está en el puesto 77, por debajo de Chile, Argentina, Uruguay, Cuba, México, Costa Rica, Venezuela, Panamá y Brasil; para no hablar de los países desarrollados.

Me ofende que ese periódico no cuente que en ese mismo informe, Colombia figura como el segundo país del mundo con el mayor número de desplazados con una cifra superior a los 4 millones, sólo superado por Sudán, que tiene unos 6 millones.

Me ofende que El Tiempo no sea capaz de decir que también en ese documento, Colombia ocupa el cuarto lugar del mundo en términos de desigualdad, con un puntaje de 58,5, sólo superado por Comoras, Angola y Haití.

Me ofende que el ya no tan nuevo ministro de Defensa, Gabriel Silva, nos venga con el cuento de que “Colombia nunca ha manifestado que tenga sospechas de vínculos entre el gobierno de Correa y las FARC”. El doctor Silva debería revisar la cantidad de sandeces que no hace mucho decía su amigo y mentiroso antecesor Juan Manuel Santos, quien hizo hasta lo imposible por vincular al gobierno y al presidente de Ecuador con ese grupo guerrillero.

Mejor dicho: me ofende que con tanta información disponible nos crean imbéciles a todos.


Tomado de Havladdorías

7 de octubre de 2009

Más sobre Burribito y La Vaca

Por la Redacción



Como las muestras de la capacidad poco loable del fiel escudero del Presidente Uribe, su clon Burribito, ya preocupan hasta al Partido Conservador --siempre tan pegado a las rebatiñas del poder-- queremos brindar a nuestros lectores dos análisis que han salido sobre la política Uribe de subsidio a ¡LOS RICOS!

El primero es del Dr. Salomón Kalmanovitz, ex codirector del Banco de la República, cuyo artículo se titula: "Agro subsidio seguro"; el segundo, del exdirector del DAS, Dr. Ramiro Bejarano, que denominó: "Baloto uribista". Así que invitamos a nuestros visitantes a que lean dichos documentos.

Agro subsidio seguro

Por: Salomón Kalmanovitz
EL PROGRAMA AGRO INGRESO SEGUro (AIS) compensaba a los agricultores por los presuntos efectos nocivos que iba a tener el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos sobre sus actividades.

Se suponía que un poco de competencia los iba a lesionar tanto que para vencer su oposición al tratado, que atrasó durante un año las negociaciones, se les otorgó una ley atada originalmente con un billón de pesos al año. Toda la sociedad debía subsidiar entonces la ineficiencia de esos pocos.

El tratado nunca se firmó, pero los subsidios quedaron en pie. Andrés Felipe Arias se ufanaba de que la mitad de los recursos los destinaba a la investigación que iba a elevar la desastrosa productividad del sector, algo que en verdad no se puede corroborar: la información que provee el Ministerio de Agricultura ni siquiera incluye el programa Agro Ingreso Seguro.

Lo que se puede destacar de las convocatorias de apoyo que hace el Ministerio es que los recursos para adquirir unidades agrícolas familiares por campesinos y desplazados es de $20.000 millones, 2% de los recursos de AIS y que los trámites son tan engorrosos y caros que pocos son los campesinos que pueden acceder a ellos.

Los recursos canalizados a las familias más poderosas del Magdalena, de Cundinamarca y del Valle del Cauca eran del orden de $72.500 millones, 3,5 veces los recursos para los pobres y todavía no sabemos cómo se distribuyó el resto de los $900.000 millones. Existen múltiples programas que apoyan la capitalización rural, la palmicultura y la industria azucarera con condonación de créditos entre 40 y 20% del valor adquirido.

Lo cierto es que en estos dos gobiernos de Álvaro Uribe se ha consolidado la más vasta contrarreforma agraria de la historia del país: se completaron 4 millones de desplazados, con más de medio millón de hectáreas arrebatadas o abandonadas, elevando la indigencia de cientos de miles de familias que incluso habían alcanzado a ser clase media rural. Las políticas públicas y los subsidios no se dirigen a compensar el daño infligido a las víctimas, sino a financiar familias que tradicionalmente han ostentado la propiedad de latifundios que se mantienen ricas con la ayuda del Estado y con más de una oveja negra en negocios ilegales.

El hecho es que hay una larga tradición en el país de origen feudal que informa que los grandes propietarios de tierras pagan muy pocos impuestos. La propiedad del suelo les otorga poder político, pueden ocultarla del fisco y se valoriza con la inflación de alimentos, y con la demanda de narcos y de las clases medias urbanas.

A pesar de que no pagan por el Estado, los latifundistas tienen una gran sobrerrepresentación en él, por la vía del Congreso, ministerios y de la política regional. Durante el conflicto les correspondió pagar impuestos ilegales a las Farc y a los paramilitares, algo que gracias a la política de seguridad se les ha aliviado. Los impuestos de la población urbana y de los empresarios financiaron los gastos en seguridad que los salvaron.

No sólo no pagan impuestos, sino que capturan los que pagamos los ciudadanos para usufructuarlos en sus empresas agropecuarios o en sus aventuras políticas. Para cerrar la ecuación de injusticia infinita, los subsidios recibidos por esta plutocracia terrateniente están exentos de… impuestos, gracias a sus buenos oficios legislativos.

Tomado de: El Espectador, opinión, 4 de octubre de 2009

Imagen tomada de: http://www.salomonkalmanovitz.com



Notas de Buhardilla

Baloto uribista

Por: Ramiro Bejarano Guzmán
SI HAY ALGO MÁS IRRITANTE QUE LA escandalosa noticia de que el Gobierno a través del programa Agro Ingreso Seguro (AIS) ha hecho más ricos a sus amigos, es la torpe defensa que del mismo ha asumido el ministro de Agricultura, Andrés Fernández, el “Uribito Gordo”. Tan cínica es su postura, que ya hoy casi nadie recuerda la conducta censurable de su antecesor, Andrés Felipe Arias, bajo cuya administración surgió la piñata uribista.


En una insólita rueda de prensa, el ministro Fernández dijo mentiras, como la de que ninguno de los beneficiarios del programa AIS fue aportante de las campañas presidenciales de Uribe. ¿A quién creería que le hablaba?

Comparando la lista de aportantes a la campaña de 2002 con los beneficiarios de AIS, se aprecia, por ejemplo, que Alfredo Lacouture Dangond aportó 5 millones y recibió un subsidio de $457’820.574; Compañía Agropecuaria Balsilla S.A. aportó 5 millones y recibió un subsidio de $410’406.449; Inesa S.A. aportó 5 millones y le entregaron un subsidio de $444’398.315; Harold Abadía Campo aportó 1 millón y registra un subsidio acumulado de $1.522’602.419.

Adicionalmente, el envarado ministro que como su amo monta caballo portando una taza llena de café, también faltó a la verdad, metiendo en un solo saco subsidios y préstamos, los cuales presentó perversamente como si fueran idénticos. Una cosa es que muchas personas dedicadas a las labores del campo hayan recibido el auxilio oficial mediante el otorgamiento de créditos que deben ser pagados con intereses benignos, y otra muy diferente, es que eso sea igual a las dádivas que se han dispensado a dedo, curiosamente para favorecer a quienes han hecho del uribismo un dogma.

Pero además de las mentiras, al mejor estilo mafioso el ministro acudió a la sucia estrategia de que para que todos parezcan inocentes, es mejor que también todos sean culpables, y salió a untar a todo el mundo del pecado que él no supo exculpar. Para ello usó el expediente malicioso de equiparar a un servidor público con un respetado dirigente gremial, al que además usó injustamente para disfrazar las cuantiosas donaciones a otros. Fue el caso del presidente de la Asociación de Fiduciarias, quien de los $47 millones de un subsidio para riego y drenaje de los cuales apenas ha recibido 25, fue presentado en el contexto de haber sido premiado con un subsidio altísimo, sin ser ello cierto. Lo mismo hizo el ministro Fernández con Juan Mario Laserna —ex director del Banco de la República—, quien con razón protestó furioso ante la infame sindicación de ser beneficiario de subsidios, pues lo suyo fue un préstamo legítimo que canceló hasta el último centavo.

Y para acabar de agravar las cosas, el locuaz ministro del agro, con un desparpajo invencible, declaró a un medio radial que la Procuraduría prácticamente ya había impartido bendición al negociado del AIS, porque al final de una visita los funcionarios del organismo de control manifestaron su conformidad con las coartadas ofrecidas. ¡Ah, de modo que investigados y Procuraduría in situ se dan palmaditas y todo arreglado¡. De ser cierta la versión del ministro, ya sabemos en qué terminará esta investigación en manos del siniestro Absolvedor, Alejandro Ordóñez, el mismo que irresponsablemente señala a todos los jueces de ser criminales, pero exonera velozmente a los agentes del Gobierno.

Todo este ruido pasará pronto y los ricos protegidos del régimen seguirán enriqueciéndose más, porque, en su universo corrupto, dirán que si lo lograron los “Hijos del Ejecutivo”, Tomás y Jerónimo, que no tenían ni cinco cuando llegaron a la “Casa de Nari”, los demás también tienen derecho, no importa que se desangre impunemente el erario.

Adenda. ¿Y por qué hay que filmar al ex alcalde Lucho Garzón cuando anda de rumba?




Tomado de: El Espectador.com, octubre 3 de 2009, sección opinión

Foto tomada de:http://www.noticiasuno.com

5 de octubre de 2009

Que la Vaca la caga... la caga...





Por Ácido Nitrix


Los amigos y miembros del entorno de la Casa de Nari apodan muy cariñosamente al ministro de Agricultura, Dr. Andrés Fernández como "La Vaca". Parece injusto que dicho apodo sólo se lo apliquen a él, pues viendo las del Exministro Arias --el clon Furibito-- podría pensarse que la vaca mayor fuera éste. Tal como están las cosas, como que al Ministerio de Agricultura lo han venido dirigiendo muchos animales, o mejor, Vacas (del "establishment", ¿será por lo de establo?, o del stable, ¿para bestias?).

De lo que no quedan dudas es que lo han manejado a las patadas. Al fin y al cabo como que es lo que merecemos. Recordemos que el famoso Burribito dijo cuando fue ministro que los pobres no tenían derechos al predio de Carimagua por incapaces y por "no tener recursos", y que las tierras eran ácidas. Que eso era sólo para los ricos....

Pero démosle la oportunidad a la Vaca de comprobarnos el por qué de su "cariñoso apodo". Y como una imagen vale más que mil palabras.....