25 de enero de 2008

Del Polo al pollo...


Por KOESTLER

Por lo visto andábamos muy equivocados quienes achacamos a una simple debilidad orgánica del Polo su aparente inconsistencia a la hora de escoger candidatos a alcaldías, concejos y asambleas. No es sólo un asunto de desinformación a la hora de dar avales. Más parece una práctica oportunista con el ánimo de aparentar una fuerza electoral que a la hora de la verdad no se tiene.

Al menos esa apreciación la teníamos al constatar, por ejemplo, quiénes eran algunos de los directivos a nivel municipal. Sentarse junto a lo menos uno de esos flamantes jefes en una reunión de la organización producía auténtica urticaria por su "desintegridad moral". Y los otros, unos politiquerillos manzanillos. Hecho que se reflejó en los avales que se brindaron para concejales, que luego de usufructuarlos para su elección no se consideraron con una mínima obligación organizativa. Simplemente le hicieron el favor al Polo con prestarle su nombre para allegarle votos. Como quien dice, ¡estamos a mano!

Pero los últimos hechos políticos parecen confirmar algo más delicado. Al parecer la estructura orgánica adolece seriamente en lo que tiene que ver con los elementos programáticos, que determinan con precisión cuáles son las clases o segmentos en los que se debe apoyar o desarrollar el trabajo para garantizar el triunfo. De ello deriva el señalamiento de las estrategias apropiadas para estructurar sólidas alianzas de largo plazo, y a la vez las alianzas transitorias, es decir los elementos tácticos. Que sean consecuentes con la estrategia, claro está.

Apantallados con el tsunami político generado por las torpezas de las FARC con el caso de las liberadas y el niño Emmanuel, la hábil maniobra de Uribe Vélez y la cantilena aburridora de Chávez, decidieron para no naufragar (supuestamente, claro está) marchar a la cola de los acontecimientos. Y como consecuencia de las torpezas del grupo guerrillero surgió una idea inconclusa (la consideramos así para no suponer una tarea consciente), que fue hábilmente apoyada por el establecimiento oligárquico y el sistema mediático nacional: la campaña de "Un millón de voces contra las FARC".

Buen eslogan. Tan bueno que todos los que apoyan del otro lado la violencia: gobierno, paramilitares, parapolíticos, políticos corruptos, comerciantes de la guerra, empresas financiadoras del paramilitarismo, Bush y su cohorte, en fin, los generadores de las causas de la violencia en este país, apoyan fervorosamente dicha campaña. Silencian cuidadosamente a los demás actores de la violencia y a los verdaderos causantes de la misma. La fauna mediática nacional, desde los Gurisapis hasta los Gosaínes apoyan con fervor y melodramatismo esta fiesta de la desinformación.

El problema no está en lo que se dice sino en lo que se oculta. Y el Polo debería tenerlo claro. Pero no dice nada. Nada. Y por lo que se sabe... se sumará al millón contra las FARC, que en verdad oculta que será un "millón de apoyo a los paramilitares y sus crímenes", porque el mensaje que se oculta es demasiado grave.

En esta vez, otra vez, el Polo termina de pollo... desplumado para el festín de los otros. Pero es justo decir que en semejante desierto ideológico y político brilla por su claridad Gloria Cuartas, quien sí ha tenido el valor de oponerse a la marcha del 4 de febrero por lo que significa de apoyo a la violencia.

Como dicen los sectores populares: "donde no te llaman no te metas... Pollo peletas".




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24 de enero de 2008

Huy... se la fumó verde.

Por Chismolina Fresquetty


Huy... ese
man sí es vacano. Se la fumó verde. Otro salta y dice: --Qué va. Trajo holandesa. --Y la discusión se prolongaba a gritos. Aquí en la zona rosa, de la fría ciudad de Bogotá, los jóvenes discutían sobre los efectos maravillosos de la nueva marihuana y su supuestamente más efectivo promotor. Y yo seguía en las nubes (de vino y el licor que corría en el dance club).

Al fin no me aguanté más y le pregunté a un vecino de mesa cual era el motivo de la discusión y él, muy
cortésmente, me explicó: --El hecho es que estos se alejaron de la oposición y ahora son santiuribistas a rabiar.
--¿
Quééé...? atiné a decir.
--
Santiuribistas...
--¿Por qué?
--Por lo visto Usted no vio la prensa. --Y me mostró en El Nuevo Siglo una noticia que decía: "
Colombia podría procesar a alcalde venezolano si comprueba que apoyó a FARC".

Tomé el periódico y leí que el alcalde de
Maracaibo Gian Carlo Di Martino podría ser procesado por terrorismo, si le comprueba que ha apoyado al ELN y a las FARC. "La justicia tiene que tomar decisiones. Personas que estén trabajando con las FARC, sea cual sea su condición, son auxiliadores. Hay una tipificación, rebelión, terrorismo, pueden ser juzgados en ese sentido". Y más adelante agregó: "si existe esa evidencia, simplemente lo que necesitamos es actuar, ir y capturarlo y ponerlo en la cárcel."

Esas frases las decía
Pachito Santos, el flamante vicepresidente colombiano. No lo decía ninguna autoridad venezolana.

Francamente aunque son famosas las salidas, mejor, metidas de pata de
Pachito Santos, esta vez si tenían razón los jíbaros al suponer que nuestro flamante vicepresidente se la estaba fumando, y verde.

Vaya. Con razón nuestros logros en política internacional, y los avances en favor de la paz.

Ay,
Pachito, dame la marca de la que te estabas fumando...


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Si así tratan a los del mismo lado...

Por KOESTLER

La noticia de los enfrentamientos entre las FARC y el ELN, que se repiten cada cierto tiempo, y cada vez más frecuentes, no son ninguna novedad histórica. Desde que existen como grupo, lasFARC se han cuidado de impedir el surgimiento de otras organizaciones políticas de izquierda que puedan significar una amenaza para su "hegemonía".
No se paran en nada. Entre los muchos ejemplos están el fusilamiento de Aldemar Londoño, primer Comisario militar del Partido Comunista (ML), junto con las dos mujeres acompañantes que le sirvieron de guías y contactos para tratar con la comandancia de las FARC (Marulanda Vélez se hallaba presente); cuadros y guerrilleros del EPL que fueron asesinados o denunciados ante las autoridades para quitarse la presencia de dicho grupo en la zona de Urabá; fusilamiento de cuadros del M19 y de las mismas FARC porque le colaboraban a este grupo y la condena a muerte e intento de asesinato de los cuadros nacionales, en especial Iván Marino Ospina y Jaime Bateman; el asesinato y combate contra guerrilleros del ELN; el asesinato de dirigentes indígenas del Cauca que no se plegaban a sus directivas, de dirigentes sindicales, comunales, etc, etc. Cientos de luchadores demócratas y revolucionarios cuyo único crimen fue no aceptar a dicha "vanguardia revolucionaria", a lo largo y ancho del país.

Si ese trato le dan a los grupos de izquierda, es de pensar lo que le sucedería al resto de la población bajo su dictadura. Esta es una realidad trágica del proceso revolucionario colombiano, que perdió su rumbo, se enfrascó en actividades sectarias y dogmáticas, jamás inició un proceso real de unificación de fuerzas y, por último, se enredó en actividades como el narcotráfico. No todos, es justo decirlo. Y aislados, enrumbados por el militarismo, pronto se acudió al terrorismo, del que ya es muy difícil salir, en especial las FARC, sin un replanteamiento político serio.

Lo único que le queda a las FARC es una negociación política de paz, que permita entronizar una verdadera democracia en Colombia. Mientras este grupo armado exista habrá la justificación para el negocio de la guerra, en detrimento de la población nacional. Ahora, por ejemplo, las Águilas Negras se están extendiendo por todo el país, con el apoyo solapado o abierto de autoridades locales. El problema se repite.

Lo triste... se persiste en un camino que ya no es viable.


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23 de enero de 2008

Preguntas, preguntas...

Por La Flecha
De la lectura del periodismo hablado y escrito que se presenta a nivel nacional e internacional saltan preguntas inevitables. Es necesario hacerlas para orientar la reflexión que implica recibir críticamente una información, de manera que sea positiva y no un embutido des-informante.Veamos algunos ejemplos.

Nadie duda de que las FARC son una organización política que utiliza métodos terroristas para la consecución de sus fines. Ahora bien, ¿cómo catalogar a un Estado o Gobierno que en seis años, como consecuencia de sus actos está acusado de 900 asesinatos derivados de los falsos positivos? Estas demandas se ventilan en los tribunales internacionales.

Para todo mundo es claro que el secuestro es un acto que viola los derechos humanos. A las guerrillas las acusan de crueles terroristas por los secuestrados que mantienen. Ahora bien, ¿cómo llamar a un Estado o Gobierno que ha detenido arbitrariamente a miles de colombianos en sus persecuciones contra las guerrillas?

Las condiciones en que las FARC mantienen a sus secuestrados son terribles. Nadie lo discute. Es difícil brindar condiciones cómodas a prisioneros en condiciones de guerra bajo acoso implacable del enemigo. Así es un milagro que los mantengan vivos. Acaso, ¿el gobierno colombiano le brinda mejores condiciones de vida a los prisioneros de sus cárceles?

Claro que otro es el cantar cuando se trata de los "parapolíticos" amigos del régimen. Para ellos el trato carcelario es de "estrato seis". Al igual que el brindado a los jefes paramilitares. Por alguna razón afirman los entendidos que hasta en el cielo hay estratificación...
Como por no dejar suelto el lazo: el Estado y su gobierno de turno, tienen la obligación de proteger a los ciudadanos. Para combatir a los delincuentes no está autorizado a delinquir o caer tan bajo como los criminales que dice combatir. Ahí sí: dignos enemigos. Tal para cual.

Como dice el sabio filósofo de Buga: Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa...

http://1.bp.blogspot.com/
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21 de enero de 2008

¿Al fin qué...?

Hasta esta semana gran parte de la opinión mediática de este país, bien aceitada y colgada de la brocha ante el Supremo Director de la Guerra, afirmaba a todos los vientos que Ingrid Betancourt estaba prisionera gracias a la intransigencia criminal de las FARC. Ahora, merced a los exhaustivos y maravillosos análisis de inteligencia de nuestras FF AA, el comandante general del ejército nos ilustró a todos los colombianos. Sí, nos desasnó totalmente. Ya no es por la acción terrorista de las FARC. La culpa de que Ingrid siga presa es... de Yolanda Pulecio, su madre.

Según el jefe militar, por andar criticando al Supremo, doña Yolanda hizo subir el precio de las acciones de "la joya de la corona". De ahí se pueden sacar dos conclusiones bien científicamente chafarotudas: a) con tanto escándalo las FARC se dieron cuenta de que Ingrid era importante; y b) las FARC, tal vez indignadas por tanta crítica al supremo, decidieron retenerla más tiempo para darle una lección a los bocotas que se atreven a oponerse a la inteligencia suprema.

La verdad, es hora de pensar que el pensamiento superior lo tiene el general Fredy Padilla.

Y como al que no quiere caldo se le dan dos tazas, nuestro Supremo se fue a París a que Sarkozy le recordara que no es sano excluir ninguna cooperación útil para la liberación de los secuestrados. Y por si no entendía bien el mensaje, le recordó que el papel de los tres países europeos sólo podría "ser útil si esos esfuerzos de facilitación disponen de garantías de independencia y márgenes de discusión indispensables para su éxito".

Tal parece que los galos no están dispuestos a cumplir un papel segundón al amparo de las sotanas que Uribe designó como intermediarios para la negociación. Ahora menos, si las FARC no los acepta como tales. Alegan para tal decisión problemas de seguridad, y a la vez desean intermediarios neutrales.


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20 de enero de 2008

D´Artagnan:¿Crítica o bienvenida?

Por Koestler

www.eltiempo.com

Las fámulas son muy conocidas por varios motivos, uno de los cuales es su propensión al chisme. Tal parece que la profesión o práctica del arte culinario predispone al mismo hasta a los "periodistas", pues lo que faltaba en algunos “cocineros” empieza a manifestarse con sincero entusiasmo. Es tal el deleite con el que el columnista D´Artagnan de El Tiempo hace mención a un supuesto homosexualismo de Chávez que se genera la duda de si lo hace en son de crítica o con sincera alegría de camarada. La fruición con la que el periodista de marras lo hace inclina a presuponer una reivindicación subliminal de lo segundo.

Lo de resalta es que en la lucha política un periódico, así no sea importante, debe abstenerse, por ética, por pudor, de caer en esas bajezas. A los amigos y enemigos se les respeta y se les brinda el trato que merecen, sin que se les ataque en su vida íntima. Así quiera fundamentar su nota en la supuesta calidad profesional de un periodista español, no deja de ser canallesco el intento. Falta al valiente gacetillero que de muestras de “hombría” publicando de igual manera sobre algún expresidente o sobre un personaje “ubérrimo” en cualidades. ¿Se le arruga el valor?