12 de mayo de 2011

Corrupción


11 Mayo 2011 -

José Fernando Isaza


Por: José Fernando Isaza

LA FRASE "LA CORRUPCIÓN ES INherente a la naturaleza humana" pronunciada por uno de los más representativos exponentes de esta criminal práctica, no es cierta y sirve para tratar de reducir las culpas propias endilgando este delito a toda la sociedad.


La falta de partidos opositores fuertes y la tenue separación de las ramas del poder se constituyen en un caldo de cultivo para la apropiación de los bienes públicos. Uno de los efectos colaterales del Frente Nacional fue el crecimiento de la corrupción, al eliminarse, de hecho, los partidos de oposición. La común práctica de captar el voto de los congresistas mediante prebendas clientelistas es otro factor que promueve la corrupción.

La sentencia “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente” encuentra un claro ejemplo en los ocho años del gobierno anterior. Todos los días se destapan macroollas podridas, AIS, Etesa, Comisión Nacional de Estupefacientes, Ministerio de Protección Social, Superintendencia de Notariado y Registro, etc., a esto agréguense los crímenes de lesa humanidad como son los asesinatos de inocentes para mostrar resultados, para atenuar el horror los denominaron “falsos positivos”, y en no pocas ocasiones el Gobierno los llamó “falsas denuncias”. Se recuerda con estupor la justificación presidencial de estos crímenes con la frase “No estaban cogiendo café”. Lo cual podía entenderse como un aval a las prácticas de limpieza social. Agréguese a esto la violación de la privacidad a los opositores y periodistas por parte del DAS, dependencia directa del presidente; la intromisión ilegal de los organismos de seguridad para perseguir a los magistrados de las altas cortes son otro de los ejemplos del estado de descomposición que vivió la sociedad. A esto se agrega el maridaje DAS-paramilitares que llevó a la elaboración de listas de enemigos que fueron asesinados. El Ejecutivo lejos de buscar justicia premió con cargos diplomáticos a los implicados.

Las compras de votos y conciencias para lograr la modificación constitucional que permitió la primera reelección le resta legitimidad política. Algunas empresas del sector privado que apoyaron financieramente los mecanismos de reelección obtuvieron a su favor leyes de reducción de impuestos y subsidios.

La sucesión de irregularidades y violación en las leyes para lograr una nueva reelección y con ella el verdadero fin, la perpetuación en el poder, lograron despertar alarmas y en buena hora la Corte Constitucional impidió que a través de la violación a la ley se modificara nuevamente la Constitución.

La creencia del Ejecutivo, en su capacidad de prolongar su poder, relajó todos los diques de control. En su ideario estaba el nombramiento de un fiscal cercano a sus afectos y al prorrogarse el periodo de gobierno iban adquiriendo mayorías en las cortes.

El lenguaje se fue modificando, lo que antaño se llamaba tráfico de influencias, o en términos coloquiales avivatada, se llamó “espíritu emprendedor”, con este espíritu se logró modificar el uso de la tierra y así obtener grandes beneficios económicos.

En buena hora el actual gobierno no ha impedido que los entes de control investiguen y sancionen a quienes usufructuando el poder se lucraron indebidamente de los recursos públicos.

* Rector Universidad Jorge Tadeo Lozano

10 de mayo de 2011

Sobre el conflicto armado en Colombia

Tomado de http://www.elespectador.com

Rodrigo Uprimny

Por: Rodrigo Uprimny

La tesis uribista de que en Colombia no existe un conflicto armado sino una amenaza terrorista contra la democracia no resiste el menor examen, pues es falsa empíricamente y se funda en equívocos conceptuales.

Existen básicamente dos perspectivas que han intentado establecer qué es un conflicto armado no internacional: los estudios sobre la paz y el Derecho Internacional Humanitario (DIH).

La norma fundamental aquí es el Protocolo II de 1977, que es exigente, pues establece que para hablar de conflicto armado es necesario que existan i) enfrentamientos entre el Estado y fuerzas armadas disidentes, las cuales ii) deben tener mando responsable y iii) control territorial suficiente para realizar operaciones militares y iv) poder aplicar el DIH.

Estos elementos se cumplen en Colombia: las Farc, por ejemplo, tienen una estructura jerarquizada suficiente para hablar de un mando responsable. Han tenido igualmente el control territorial señalado por el DIH, pues éste no exige que el Ejército no pueda entrar en la zona de influencia guerrillera sino que ésta tenga una presencia territorial suficiente para realizar operaciones militares organizadas. Y las Farc siguen realizando operaciones militares continuas y durante años han tenido secuestrados a numerosos militares y civiles. ¿Puede entonces alguien dudar de que ese grupo guerrillero tiene un control territorial suficiente para aplicar las normas humanitarias? Otra cosa obviamente es que las Farc se nieguen a aplicarlas, pues los secuestros, las minas antipersona o los reclutamientos de menores son infracciones graves al DIH.

Es claro que en Colombia existe empíricamente un conflicto armado. Pero además, contrario a lo dicho por el uribismo, aceptar ese hecho no impide criticar las terribles acciones de las guerrillas o de los ‘paras’, ni implica jurídicamente otorgarles estatus de beligerancia, la cual exige otros requisitos, que no puedo detallar en esta columna. No hay entonces nada contradictorio en aceptar que en Colombia existe un conflicto armado y afirmar al mismo tiempo que ni las guerrillas ni los ‘paras’ son beligerantes y que sus acciones son atroces e ilegítimas.

Es pues un acto extremo de terquedad ideológica negarse a aceptar que Colombia sufre un doloroso conflicto armado. Por el contrario, reconocer su existencia parece un paso imprescindible si queremos algún día superarlo. Por eso es importante que tanto el Congreso, en la ley de víctimas, como el presidente Santos acepten que en Colombia ha habido conflicto armado desde hace rato.

* Director del Centro de Estudio DeJuSticia (www.dejusticia.org) y profesor de la Universidad Nacional de Colombia

8 de mayo de 2011

Ahora que murió Osama Bin Laden...

Por Koestler

Ahora que murió el 'enemigo Número 1' de los Estados Unidos y el mundo; ahora que murió el rey del 'terrorismo'; ahora que 'se hizo justicia', y ahora que nos aturden con la 'verdad oficial' sobre el 11 de septiembre, es bueno que se miren otros informes y se analicen datos que permanecen ocultos.

Es cierto que nuestro aporte es un granito de arena en las inmensas playas de la mentira y el cinismo, pero esperamos al menos que vean este video, y que lean la información que con el mismo motivo ya hemos publicado en este blog.

La verdad sólo se abrirá camino si nosotros la buscamos.

Loose Change