31 de diciembre de 2007

Un mico en un pesebre

Un parroquiano, deseoso de mostrarse original y disciplinado, organizó un pesebre en el que pudiera expresar su apego al orden. El pesebre se realizó sobre medidas y con diseño milimétricos; la sagrada familia fue construida con medidas áureas; los animalitos (desconocía la animadversión del papa al pollino y la vaquita), todos proporcionados. En fin, era una delicia de orden, disciplina y seguridad. Con decirles que hasta los ríos en los tramos rectos lo eran absolutamente, sin desviarse un milímetro.

Los humanos, la especie superior.Los humanos, con medidas áureas...


Los poblados. sobre cuadrícula española, sin bulevares, que rompen la simetría. Parques cuadrados. Todo... cuadrado. Los artefactos eléctricos funcionaban completamente sincronizados. Pero algo no funcionaba, no le complacía. Con esa duda le ordenó a sus hijos que le dieran una opinión. Y salvo una, la menor, ninguno se atrevió a darle su punto de vista. Ésta le dijo que el pesebre se veía muy frío, y que era conveniente darle un aire de vida. Apurado por el tiempo de inauguración de su obra para que los vecinos lo admiraran, sólo atinó a pedirle a uno de sus hijos que trajeran el mico que estaba atrás, atado en un palo y que lo pusiera junto al árbol de navidad, con unos bananos para que se alimentara.


Abierto al público el espectáculo, las personas quedaron extasiadas por el orden y simetría del pesebre. ¡Oh, ríos rectos!, decían unos, mientras a otros los asombraban los poblados tan perfectos. Con parques cuadrados, jardines cuadrados, árboles cuadrados, gentes cuadradas, militares... cuadrándose a las cocineras. En fin, todo en el orden debido. Su propietario lo llamaba orgullosamente, con su latín arepéico, como su "cuadriculus pesebris".

De pronto, unos niños divisaron al mico que estaba junto al árbol de navidad y empezaron a llamarlo y a atraer su atención tirándole galletas y caramelos, desatendiéndose del pesebre. Situación que poco agradó al amo, quien se sintió mal por haberle pedido la opinión a la hija menor. Lo cierto es que a medida que transcurrían los minutos el mico ganaba en audiencia y las personas desatendían el pesebre por observar las gracias y galanterías del simio. Para completar... la niña le acercaba al mico los caramelos que le enviaban los adultos y niños, y el simio, agradecido, compartía con la niña los obsequios, lo que les ganaba más y más audiencia.

Árbol de Navidad
Del árbol amarró al mico....

Ya harto con la guacherna que se armaba por el mico, el amo, fastidiado visiblemente, se dijo: --¡Ya no me aguanto más que me roben el espectáculo. Esto no va más!-- Y dicho y hecho. Malgeniado, se dirigió hacia el árbol a coger el mico, quien asustado saltó hacia el pesebre, derribó el árbol de navidad, con el gorro de Santa Claus encima; desbarató los pueblos, torció los ríos y, por último, rescató del pesebre a la Sagrada Familia y a saltos salió del local. Todo, en medio del delirio del público expectante, que vio cómo adquirió vida y dinamismo un proceso de rescate de la Sagrada Familia...

Carajo, no hay que ser tan cuadrados. Que el próximo año el espectáculo sea más vivo.

Fotos tomadas de :http://inciclopedia.wikia.com/wiki/Hugo_Ch%C3%A1vez

No hay comentarios: