13 de noviembre de 2007

Aventuras de un rey en tierra de indios

Los indios olvidan algo muy importante. Que cuando los llaman a hablar... es a escuchar... lo bonito que hablan los amos. Eso pasó en el congreso iberoamericano recién celebrado en Chile, donde las --también hay que llamarlas de alguna manera-- impertinencias del presidente Hugo Chávez por "hablar de la cuerda en casa del ahorcado", sacaron de casillas al notablato español y a uno que otro criollito que se cree de mejor familia.

El gobierno español actual, pese a que nada tuvo que ver con la intentona golpista contra el presidente
Chávez, prefiere pasar de agache y ayudar a tapar la intromisión del expresidente Aznar, lo que al locuaz coronel no le agrada.

El rey, que olvidó que ya se le independizaron los indios, fastidiado con la insistencia del veneco, prefirió mandarlo a callar. Lo que obviamente a algunos les pareció muy
chic, pues es una salida de amo. Pero evidentemente, no dejó de ser una grosería del rey, para intentar tapar una bellaquería al servicio del amo yanqui.

Los indios no debemos olvidar que la institución de la realeza es sagrada, y que no aguanta ni siquiera caricaturas. O nos someten a juicio penal y civil.

1 comentario:

Gallo Rojo dijo...

Completamente de acuerdo contigo.

SALVAJE ESPERANZA

Eramos dioses y nos volvieron esclavos.
Eramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.
Eramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.
Eramos felices y nos civilizaron.
Quién refrescará la memoria de la tribu.
Quién revivirá nuestros dioses.
Que la salvaje esperanza sea siempre tuya,
querida alma inamansable.

Gonzalo Arango (1931 -1976)