hecatombe.
(Del lat. hecatombe, y este del gr. ἑκατόμβη).
3. f. Sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses.
4. f. Sacrificio solemne en que es grande el número de víctimas.
5. m. Culillo, que sienten los herederos políticos cuando ven que ni se muere ni se va del puesto el "jefe", y no se atreven a lanzarse al ruedo porque los puede desautorizar.
A algunos partidos y políticos furibistas les cayó muy mal la notificación del "mando supremo"; es más, para ellos fué "aplastante", como lo señaló gráficamente Osuna en su caricatura del Espectador. Afortunadamente las vacas no vuelan, porque, como dicen sonoramente los costeños, del cielo les hubiera llovido mied...da. Aunque, para ser justos, tanto los liberales como los del Polo también deben mirar para arriba.
Pero la verdad es que la mayor hecatombe la producen los cerebros anquilosados que empiezan a usar el término para demostrar que apoyan al jefe supremo. Por ejemplo, hoy el ministro de sufricultura hablaba de la hecatombe del invierno. Vaya, vaya.
Nota importante: Para quienes revisaron dónde podrían haber publicado la lambonería que trascribimos en una nota anterior hacia el hoy Presidente del Polo, y no encontraron la fuente, ya que hasta la página de ANNCOL la bloqueó el gobierno (tal vez para que la gente no los pille en sus mentiras), no se preocupen, pues a nosotros también nos rajaron. Quedan dos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario