3 de noviembre de 2007

Algo más sobre la hecatombe...

El diccionario de la Real Academia Española trae cuatro definiciones sobre el término hecatombe. Pero dada su lentitud en adecuarse a los cambios lingüísticos, presentamos aquí los últimos aportes del pensamiento supremo, perdón del superior. En primer lugar, y para ser rigurosos en lo dicho, presentamos las acepciones que trae el diccionario. Luego daremos las correspondientes al aporte nacional, que colocaremos en color.

hecatombe.

(Del lat. hecatombe, y este del gr. ἑκατόμβη).

1. f. Mortandad de personas.

2. f. Desgracia, catástrofe.

3. f. Sacrificio de 100 reses vacunas u otras víctimas, que hacían los antiguos a sus dioses.

4. f. Sacrificio solemne en que es grande el número de víctimas.

5. m. Culillo, que sienten los herederos políticos cuando ven que ni se muere ni se va del puesto el "jefe", y no se atreven a lanzarse al ruedo porque los puede desautorizar.


A algunos partidos y políticos
furibistas les cayó muy mal la notificación del "mando supremo"; es más, para ellos fué "aplastante", como lo señaló gráficamente Osuna en su caricatura del Espectador. Afortunadamente las vacas no vuelan, porque, como dicen sonoramente los costeños, del cielo les hubiera llovido mied...da. Aunque, para ser justos, tanto los liberales como los del Polo también deben mirar para arriba.

Pero la verdad es que la mayor
hecatombe la producen los cerebros anquilosados que empiezan a usar el término para demostrar que apoyan al jefe supremo. Por ejemplo, hoy el ministro de sufricultura hablaba de la hecatombe del invierno. Vaya, vaya.

Nota importante: Para quienes revisaron dónde podrían haber publicado la lambonería que trascribimos en una nota anterior hacia el hoy Presidente del Polo, y no encontraron la fuente, ya que hasta la página de ANNCOL la bloqueó el gobierno (tal vez para que la gente no los pille en sus mentiras), no se preocupen, pues a nosotros también nos rajaron. Quedan dos días.

No hay comentarios: