19 de mayo de 2010

Hola, OLA




¿EL "MOMENTUM NEGATIVO" DE MOCKUS?

Autor: Fernando Dorado Gómez
Creada: mayo 16 de 2010
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Popayán, 16 de mayo de 2010


Para poder ganar en primera vuelta la “ola verde” necesita un segundo “momentum”. No puede ser solo de Mockus sino de la ola misma. Para diseñarlo, impulsarlo y provocarlo, es necesario conocer la esencia y dinámica de ese movimiento.


El primer momento se acumuló y desencadenó su fuerza gracias a los resultados de la consulta, además de la unión con Fajardo. Su empuje era un sentimiento verdaderamente democrático de rechazo a la corrupción y búsqueda de “legalidad democrática”.


De acuerdo a los porcentajes de las encuestas el grueso principal de esa ola está representado por las 2/3 partes de quienes hace 4 años votaron por Carlos Gaviria (aproximadamente 1.700.000 electores). Es el 18-20% del total de aceptación de los verdes. El resto, para completar el 30-35% a que ha llegado en su cresta de crecimiento, son “uribistas no fanáticos” y personas independientes desilusionadas del camino que tomó el gobierno del presidente Uribe, y que ven en Mockus a la persona que puede darle continuidad a la política de seguridad, pero con legalidad y ética.


En los últimos 12 días el candidato y la dirigencia de los verdes han tenido una fuerte presión. Faltas menores del candidato (posición débil o vacilante frente a los parafiscales, la supuesta “admiración” a Chávez, la disposición de extraditar a Uribe) que fueron “corregidas” oportunamente, es posible que hayan sido sobredimensionadas. La sola amenaza de una campaña sucia que de manera hábil la campaña de Santos anunció y los ataques del Polo acusándolo de ser neoliberal y privatizador, pareciera haber tensionado a los verdes más allá de lo normal.


Viene entonces la fórmula que se diseñó para tratar de darle un segundo impulso a la campaña. Creo que se ha convertido en un pequeño bumerán. En vez de potenciar se convirtió en un freno para el movimiento. Se decidió utilizar el “no” a un posible acuerdo con el Polo para tratar de jalonar electores uribistas. Se usó como principal argumento la supuesta connivencia con la lucha armada, a lo que se sumó de inmediato una campaña propagandística para publicitar la posición férrea de Mockus frente a las FARC (“no habrá nada de nada con ellas”).


Hasta el momento parte de la fuerza de la ola verde era su carácter espontáneo y fresco. Su rechazo a los atajos y a las trampas. En este caso ha quedado la percepción entre la opinión que allí hubo un golpe bajo, dado que se enfocó en un tema y en una persona (Petro) que precisamente se ha destacado por su rechazo a las FARC. Es decir, además de golpe bajo fue una enorme torpeza.


Son tan fuertes las presiones que tiene el candidato, y tan visibles, que en vez de corregir el error, se lo trató de justificar, planteando que la esencia de la propuesta de Petro (la necesidad de equidad social para desactivar la violencia de todo tipo) era un obstáculo para cualquier acuerdo con el Polo, y que ese planteamiento era un argumento a favor de la insurgencia.


Los verdes parecieran que no han captado una verdad. La mayoría del pueblo colombiano respalda a Uribe en su mano fuerte frente a las FARC pero – aunque casi nadie lo dice – sabemos que, a pesar de todos los gastos y sacrificios hechos por el pueblo colombiano, el camino guerrerista no es una salida viable al conflicto.


Cuando Mockus para ganar votos uribistas desecha electores “polistas” y/o democráticos, está negando una parte de su planteamiento anterior sobre las FARC. Hasta hace pocos días afirmaba que “la guerrilla tendrá que cambiar para poder interlocutar con mi gobierno”. Ello era de todas maneras una pequeña puerta hacia una Paz concertada, así fuera una fórmula que todavía nadie tiene claro. Pero era, en fin, una posibilidad.


Mockus con esa posición ha renunciado a su propia agenda. Se dejó imponer la del presidente Uribe, la de las FARC con sus acciones en el Cauca, y la única que tiene Santos para tratar endosarse los votos de Uribe.


Otro error que contribuye con el bajón, es el triunfalismo. Eso de estar nombrando ministros sin haber conseguido ganar, es un pecado de arrogancia que nada tiene que ver con los postulados verdes. Se sigue ensillando sin tener las bestias.


Lo que ha ocurrido muy seguramente responde a que la ola verde ha sido tan fuerte y acelerada que sus propios protagonistas no estaban preparados para asimilar su dinámica y contenido.


Una buena dosis de reflexión hace falta. Todavía es posible un 2º “momentum” pero se requiere corregir. Las fuerzas sanas de la Nación además de decentes deben demostrar que son éticas hasta en la forma de hacer política. Es una alerta.

Tomado de Elespectador.com

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