Definitivamente cuando se tienen alianzas mayoritarias la honradez y la verdad no tienen importancia. Eso lo demostró el debate contra el ministro de agricultura, el seudo heredero, Uribito. Las mayorías uribistas del senado, conformadas por la misma rosca de corruptos que apoyaban los gobiernos anteriores a la hegemonía furíbica, salieron a brindarle su apoyo incondicional pese a todas las cosas que se dijeron. Ahí estaban algunos de los que se hallan o se encotrarán en pocos días en los estrados judiciales por sus demenciales y criminales alianzas y ejecutorias con los paramilitares.
Un tal Jorge Visbal Martelo, terminó diciendo: "Siga adelante ministro Arias con esas políticas de alianzas productivas". Sí, eso dijo el mismo que como gerente de la SAC brindaba su apoyo incondicional, en todas las formas, al "ilustre" Miguel Uribe Londoño, cuando era gerente nacional de Fedecacao, entidad de la cual salió para la cárcel. (A propósito: ¿ya saldría de la cárcel su hermanito detenido por un "desliz" de autosecuestro para cobrar 12 millones de libras esterlinas?)
Al fin y al cabo tanta desfachatez está muy bien. En estos momentos de obscuridad, al menos dichos políticos sí tienen claro que la honradez, la decencia y la verdad no tienen importancia ante un electorado cautivo que se porta como perros. Siempre contarán con ellos cuando les chiflen para ir a votar. Pero la verdad terminará por imponerse, y, algún día la democracia permitirá que nuestro pueblo se eduque y rechace contundentemente a los corruptos.
¡Al fin y al cabo la culpa es de los cretinos que corremos raudos a apoyarlos!
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