Esta comprobado, al parecer científicamente, que a los 35 años una persona ya no es apta laboralmente. Al menos así lo demuestra la práctica de contratación laboral, pues prácticamente ninguna empresa contrata personas con esta edad, salvo los provenientes de las clases dominantes, que sí cuentan con un reloj biológico privilegiado.
Es injusto que en un país subdesarrollado como el nuestro se mantenga una carga social tan grande. Lo inútil debe desecharse. La sociedad estará contenta y lo aprobará. Un aspecto positivo es que el Estado se librará de futuras reclamaciones.
No podemos, abundando en argumentos en favor de esta propuesta, desechar toda una gran experiencia social aceptada por los colombianos. Veamos. Las FARC (EP) son visceralmente rechazadas por todos nosotros porque cometen un crimen atroz: el del secuestro. El de mantener ante nuestra memoria un hecho execrable. En cambio nuestros ejemplares muchachos, los paraquillos, sí no cometieron esa torpeza y dieron una “solución definitiva” a sus problemas —suena muy feo decir que asesinaron—. Por eso los queremos tanto.
Al fin y al cabo la mayoría o gran parte de los colombianos mantenemos escondidos, en lo más profundo del corazón, nuestro pequeño paraquito. Por eso los defendemos. Por eso los perdonamos, y por eso los elegimos.
Seamos precavidos, no creemos problemas para el futuro: que muera la “vejetud”, y que viva la juventud.
¡Ah! Una última propuesta: con los viejos podemos producir harinas para alimentarnos.
Definitivamente, este tampoco “es un país para viejos”.
Imagen:http://www.biografiasyvidas.com/monografia/goya/fotos/27g.jpg
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