Foto publicada por Felipe Zuleta en su blog
Definitivamente la doble moral alcanza para todo. La foto que acompaña esta nota corresponde al cadáver de Jaime Enrique Gómez, dirigente sindical y asesor de la senadora Piedad Córdova, quien fue asesinado y su cadáver arrojado en estribaciones del Cerro de Monserrate. Producto de su "pensamiento superior" el Presidente Uribe salió a decir a los cuatro vientos que el asesor no había sido asesinado sino que murió accidentalmente. Sólo le faltó pedirle a Tasmania una corroboración del "accidente mortal" en el que falleció el asesor de la Senadora Córdova.
Resumiendo, para el presidente Uribe la muerte de este importante hombre demócrata, crítico del gobierno, sólo fue un accidente sin importancia. Lástima que los desleales de medicina legal demostraran que sí fue un asesinato, luego de terribles torturas.
De manera distinta se presentó el asesinato de otro dirigente sindical, el señor Jairo Giraldo, del sindicato Coilfruit. De él se afirmó de entrada que su asesinato lo generó la extrema izquierda (lo cual puede ser perfectamente cierto), pero que no está demostrado, y dicha afirmación se soporta en amenazas telefónicas y en el hecho de que iba a apoyar el TLC.
Lo curiosos del asunto es que el Presidente Uribe a las volandas ofreció Cien millones de pesos de recompensa por datos que lleven a esclarecer el crimen.
La Joda: Si el gobierno ofreciera la misma suma para esclarecer cada uno de los crímenes de los demás dirigentes sindicales no alcanzaría el presupuesto nacional. Y menos si se incluyeran los cien mil y pucho de asesinados por la muchachería que espera su estatus de "insurgente".
Definitivamente la doble moral alcanza para todo. La foto que acompaña esta nota corresponde al cadáver de Jaime Enrique Gómez, dirigente sindical y asesor de la senadora Piedad Córdova, quien fue asesinado y su cadáver arrojado en estribaciones del Cerro de Monserrate. Producto de su "pensamiento superior" el Presidente Uribe salió a decir a los cuatro vientos que el asesor no había sido asesinado sino que murió accidentalmente. Sólo le faltó pedirle a Tasmania una corroboración del "accidente mortal" en el que falleció el asesor de la Senadora Córdova.
Resumiendo, para el presidente Uribe la muerte de este importante hombre demócrata, crítico del gobierno, sólo fue un accidente sin importancia. Lástima que los desleales de medicina legal demostraran que sí fue un asesinato, luego de terribles torturas.
De manera distinta se presentó el asesinato de otro dirigente sindical, el señor Jairo Giraldo, del sindicato Coilfruit. De él se afirmó de entrada que su asesinato lo generó la extrema izquierda (lo cual puede ser perfectamente cierto), pero que no está demostrado, y dicha afirmación se soporta en amenazas telefónicas y en el hecho de que iba a apoyar el TLC.
Lo curiosos del asunto es que el Presidente Uribe a las volandas ofreció Cien millones de pesos de recompensa por datos que lleven a esclarecer el crimen.
La Joda: Si el gobierno ofreciera la misma suma para esclarecer cada uno de los crímenes de los demás dirigentes sindicales no alcanzaría el presupuesto nacional. Y menos si se incluyeran los cien mil y pucho de asesinados por la muchachería que espera su estatus de "insurgente".
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