Mamerías

Por ACIDONITRIX

Don Ramón Gómez de la Serna, destacado intelectual español, inventó las greguerías, una forma punzante y poética de decir en pocas palabras, pero hermosas, realidades presentadas en forma sorprendente. Este modesto colaborador no tiene la formación ni la enjundia de tan distinguido escritor, pero sí lleva en sus venas la sangre de los “mamagallistas” de Lebrija. De ahí nuestras “mamerías”. Como decía el gran pensador mexicano, tan de moda en el Palacio de Narciño, “a lo hecho, pecho y a lo dicho, picho”.

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Por lo visto, a Juan Manuel Santos, el halcón de la guerra, poco se le ha de creer, pues rápido se desdice. Ahora a Reyes no lo mataron por el uso descuidado del satelital. De la manga se sacó cinco soplones, que se llevan los cinco mil millones. ¡No sólo útil la muerte del tal, sino la invención de soplones para tanto platal!

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En Girón las cosas son de pocos. Quien debe hacer el Puente —la Concesión—, dizque no tiene, y quien no puede —el alcalde, el “Loco”— si quiere. ¿Otro Puenteloco?

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De Girón, en sus cabales, el alcalde Pacho Suárez, recién posesionado usó una frase de su cacumen para aislarse de quienes le ayudaron desinteresadamente y proponían reformas para el municipio: “Mi querido amigo, una cosa era Francisco Suárez sin poder y otra ahora que tengo el poder.” La pregunta del millón: ¿qué piensa hoy en día Pacho Suárez, que junto con su equipo de gobierno, ejerce el “poder” en la cárcel como exalcalde de Girón?

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El doctor Uribe tiene toda la razón al oponerse a la peregrina tesis de la aún más anodina Gina, de revocar el honorable Congreso de la República dado su alto componente paracótico. Ni pendejo que fuera, porque significaría aceptar lo que siempre ha querido ocultar: que fue elegido gracias a semejantes socios y amigos. Por lo interno no importa, pues todos albergamos un tierno corazoncito paraco y le perdonamos lo que le conocemos y lo que nos dicen pero que no aceptamos. Lo grave es la opinión internacional, que lamentablemente no toda se alimenta de bazofia. Esta es para el consumo nacional.

Así que a mantenerse en el poder y a hacerse reelegir. Para eso se tiene un 84% de opinión “maquillada” y amarrada. Lo único malo es la ingratitud “del pueblo”, como pasó en Perú, Chile, Argentina, etcétera.

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Según lo que dice la prensa oligárquica nacional Ingrid Betancourt es la perfecta encarnación del pueblo colombiano. No porque sea el líder que necesitan los desheredados de este país sino por el rosario de males que le atribuyen: hepatitis B; kal-azar; chagas; paludismo; leihsmaniasis, hambre, etc. Lo hacen para conmover a la bobaudiencia nacional. No comprenden que con ello lo que hacen es autoinculparse.

Veamos cuáles las culpas. En primer lugar, dichas enfermedades deberían ser combatidas a fondo por el gobierno nacional, quien no hace nada serio al respecto, y en consecuencia mueren miles de personas al año. Pero aún más grave. Para algunas de esas drogas es más fácil que un pobre colombiano viaje como astronauta a la luna que tener acceso económico a las mismas. Y el colmo, otras, como el Glucantime, que se usa para combatir la leihsmaniasis —en sus variantes— es una “droga de guerra”, es decir, controlada por el ejército. Esta medida es una flagrante violación al derecho fundamental de la salud, a la vez que es inepta para controlar a la subversión.

Así, soldados, paracos, guerrilleros y habitantes del campo diseminan la enfermedad por todas partes, mientras el gobierno impone medidas de control que ningún campesino pobre puede cumplir. Para no ir muy lejos en ejemplos, Lebrija es ahora un municipio con una alta incidencia de leihsmaniasis; situación a la cual no deja de colaborar la ineptitud de la Secretaría municipal de salud.

Ilustraciones: http://www.asterixweb.it/acidonitrix3p.gif

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