23 de marzo de 2010

Noemí: ¡sí se podía!



Por Koestler

Al señor del Ubérrimo últimamente le están saliendo los tiros por la culata, en general los resultados electorales le son adversos. Aunque algunos, no tan loables, si le han dado buenos resultados, como por ejemplo, la agrupación del bandidaje político nacional a su alrededor, sanitariamente agrupado en el PIN,

En lo atinente a su perpetuación en el poder, le han fallado sus apuestas. El 'maquiavelismo' del que ha hecho gala durante todo su gobierno ya se le desgastó y resulta cada día más en su contra. En el afán de mantener su control sobre la piara se dedicó los últimos tres años a maquinar su reelección, olvidando sus funciones gubernativas y, no era para menos, generando, involuntariamente, fraccionamientos en sus propias huestes.

Por ello, derrumbado el espurio referendo tuvo que acudir al plan de buscar un 'heredero' de su absoluta confianza: mejor, un mandadero. Y nadie superior que el Dr. Andrés Felipe Arias (el 'pincher Arias' o 'Uribito'). Pero la madeja se le fue enredando con las pretensiones de Juan Manuel Santos —sibilino y desleal escudero— y las aspiraciones de Noemí Sanín.

A todas vistas era el 'pincher' su elegido, en tanto que a Noemí no le iba a facilitar las cosas. Santos se apoderó rápido del Partido de la U (creado e impulsado por Oscar Iván Zuluaga y Luis Alfonso Hoyos, principalmente) merced al errático mando del ex comisionado de Paz Luis Carlos Restrepo. Y atrincherado en él se dispuso a cobrar sus réditos. No obstante, contra sus planes, la Dra. Noemí trabajó intensa y hábilmente, imponiéndose en el Partido Conservador pese a las intrigas del Presidente Uribe y a la jugada de la U de apoyar a Andrés Felipe en la Consulta interna de los conservadores.

Así que la victoria de la Dra. Sanín devino en la primera gran derrota para la dupleta Santos-Uribito. Aunque analistas suponen que 'El pincher Arias' cumplirá disciplinadamente en la campaña de Noemí, la realidad será otra, por sus intereses personales. Es de esperarse de él una campaña soterrada de sabotaje a la candidata conservadora y de apoyo a Santos. De alguna forma debe actuar recíprocamente en reconocimiento al apoyo que tuvo desde la U en la consulta interna del partido.

Posibilidades reales

La candidata conservadora se presenta ahora con excelentes oportunidades de pasar a la segunda vuelta y enfrentarse a Santos; precisamente lo que éste más temía, pues contaba con la incapacidad de aglutinamiento de los otros partidos. Por primera vez, en medio siglo, el Partido Conservador tiene la posibilidad de llegar al poder político por fuerza propia, en alianza, claro está. Y esta coyuntura no la pueden desperdiciar, so pena de enajenarse de cualquier voluntad de poder y convertirse en apéndice de otros partidos.

La imagen de la candidata es buena a la luz pública, pues un electorado como el nuestro, que ignora muchos de los intríngulis del poder, desconoce su real papel como la consentida de los grandes centros de capital financiero nacional e internacional. Igual, no se toman en cuenta otros aspectos como el papel desempeñado durante la retoma del Palacio de Justicia y el asesinato de muchos magistrados de la Corte Suprema de Justicia por fuerzas oficiales, etcétera. Indiferente a la objetividad de la apreciación, Noemí sí cuenta con buena imagen positiva. Aspecto éste que Santos se empeñará en demeritar, para equiparar su cuestionada imagen internacional y nacional con los falsos positivos y, ahora, las fosas comunes del municipio de La Macarena, descubierta a comienzos del año 2009.

Una estrategia clara

El mayor esfuerzo de la actividad de la candidata se centrará, en las próximas semanas, en unir el partido Conservador, sometido a las presiones presidenciales y de Santos, como garantía de su posibilidad de pasar a la segunda vuelta. Solamente sobre la base de consolidar este aspecto podrá atraer otras fuerzas políticas como Cambio Radical, el partido Liberal, Fajardo, los verdes, y neutralizar o alcanzar un apoyo del Polo, que no es descartable.

En el otro lado el espectro se definirá básicamente con la U y el PIN, que aunque Santos dice rechazarlo, en esencia muy poco se diferencian.

¿Puede acaso la candidata Noemí presentar un programa independiente, apropiado a las necesidades del país? No. En primer lugar tiene que jugar dentro del falso discurso político predominante: el del 'uribismo'. Tanto Santos como Noemí contenderán por mostrarse como más uribista que el otro, y en momentos sus discursos de plaza serán difíciles de diferenciar.

Las propuestas de la candidata conservadora deben ser a la vez uribistas e incluyentes hacia otros sectores, para que pueda atraer y convencer tanto a sus propias huestes como a los de otros partidos y a los votantes aún no definidos. De la ortodoxia oficial, debe enarbolar tres banderas: a) seguridad democrática; b) seguridad inversionista; c) exenciones tributarias a las empresas extranjeras y al gran capital nacional. Y lo hará, así esté convencida de que al menos las dos últimas son un fracaso en la generación de empleo y han sumido las arcas del Estado en una crisis de características alarmantes.

Tendrá que hacer énfasis en aspectos como la generación de empleo, lucha contra la corrupción, cobertura real de salud al pueblo colombiano, vivienda, seguridad alimentaria y fortalecimiento del mercado interno, así como avanzar en mercados internacionales.

En las relaciones exteriores tiene Noemí Sanín muchas más posibilidades de reconstruir las relaciones con Venezuel y Ecuador, que Santos. Y ante los gobiernos europeos y el norteamericano es mejor aceptada, porque no le pueden endilgar los aspectos de crímenes de Estado que arrastra Santos.

Noemí se presenta, pues, como una fuerte candidata a pasar a la segunda ronda electoral contra Santos y como, igualmente, quien tiene mejores posibilidades de derrotar al exministro de guerra, y con él, a la cauda impresentable del uribismo como el primo de Pablo Escobar: José Obdulio Gaviria y otros obscuros personajes.


Caricaturas: Bacteria

Foto de campaña de Noemí Sanín





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